En el siguiente apartado, la psicoanalista Maria Solita Quijano, miembro de la Antena Infancia y Juventud de Bogotá, ofrece una breve reseña de la vida Martin Egge y de la institución que se fundó en su nombre. Como homenaje a este importante psicoanalista, traduce además el testimonio de unos padres cuyo hija fue antendida por Egge en su Fundación.
Martin Egge fue un Psicoanalista decidido y entusiasta, médico de la Universidad de Heidelberg (Alemania), y especialista en Neuropsiquiatría Infantil en Berlín, fue Miembro de la Escuela Italiana de Psicoanálisis –SLP-, docente del Instituto Freudiano de Roma, y fundador y director terapéutico, desde 1997, de Antenna 112 y, desde 2003, de Antennina, del Buon Pastore de Venecia, centros terapéuticos residenciales y diurnos para niños y adolescentes. Además de El tratamiento del niño autista, publicó numerosos artículos en revistas de psicoanálisis de Italia y otros países, y escribió un ensayo sobre Glenn Gould para el libro Invenciones en la psicosis (editorial Quodlibet, 2008). Fallece en el año 2011 y en su honor se funda esta institución que desarrolla actualmente su trabajo en Venecia (www.fondazionemartineggeonlus.org).
En sus palabras “La diferencia de las Antennas con otros dispositivos es que su trabajo es producir un sujeto, es decir, demostrar al niño autista que su palabra nos la tomamos muy en serio, por esta razón en la entrada del niño al dispositivo hay un sí decidido a lo que el niño trae consigo”.
Los Padres de Samantha, acogida en la Fundación, testimonian de lo que su trabajo les legó:
“Gracias porque realmente es muy difícil entender qué pasa en el corazón de un padre con un hijo discapacitado. Pero usted estimado Doctor Egge lo lograba porque amaba a estos niños, los amaba profundamente. Se entendía de inmediato; al oírlo hablar de ellos, su cara y sus ojos siempre tranquilos, se iluminaban. Para usted todos eran importantes, del primero al último.
Quisiera contarle dos de los tantísimos episodios en los que usted siempre tuvo las palabras justas en el momento indicado.
Una vez, acompañándome afuera después de uno de nuestros tantos coloquios en los que estaba particularmente mal, usted me dijo: “Los nuestros son niños especiales y tienen necesidad de un amor especial”.
En otra oportunidad usted había apenas regresado de las vacaciones y yo bromeando le dije: “La estaba pasando muy bien ¿no? ¿duro volver?”, usted me miró y me respondió : “Un poco de vacaciones está bien, son necesarias, pero estoy contento de haber regresado, no veía la hora de volver a ver a los muchachos, me hacían mucha falta”.
Querido Doctor Egge, usted realmente nos hará mucha falta, y por esto nuevamente quisiera decirle gracias, usted permanecerá para siempre en el corazón de sus muchachos y de nosotros los padres.”
Giorgio y Angela, Padres de Samantha.